La mente inconsciente y la Palabra del Ap:.

 En el campo de la hipnosis con fines terapéuticos, Milton H. Erickson -uno de sus principales exponentes- postulaba como un principio básico, el hecho que cada ser humano posee los recursos necesarios para resolver sus problemas, los cuales residen en la historia y en la propia vida de cada individuo. Ante cada problema, afirmaba, las soluciones se encuentran en el propio interior.

 Postulaba así, que el ser humano posee dos mentes que forman una sola unidad: la mente conciente e inconsciente. La mente conciente es aquella que nos permite darnos cuenta de las cosas, analizar, razonar, hacer juicios valorativos, evaluar en forma “racional” lo que es posible o no hacer, mientras que la mente inconsciente esta conformada por la experiencias, aprendizajes, impulsos, motivaciones, necesidades y es mas bien flexible y abierta a la posibilidad de interpretación simbólica.

Además dichas entidades también se relacionan con los hemisferios cerebrales, así el izquierdo o “dominante” es el encargado del razonamiento lógico y analítico, y en contraposición el derecho o no dominante correspondería a la mente inconsciente, que posee la intuición y la creatividad.

Por su parte, en su obra “Tú, para siempre”, Lobsang Rampa, afirma que el ser humano está formado por una persona pequeña –que le gusta controlar y hacerse el amo- y otra que se asemeja a un amable gigante que carece de poder razonador, que denomina subconsciente, y que alberga todo lo que ha sobrevenido a una persona, es decir contiene un banco de memoria o biblioteca.

De otro lado, pero encaminado hacia una misma dirección, uno de los siete Principios Herméticos contenidos en “El Kybalion” señala que la generación existe por doquier; todo tiene su principio masculino y femenino; la generación se manifiesta en todos los planos, y en tal sentido no escapa del mismo la propia mente del ser humano. El principio masculino corresponde a la llamada mente objetiva, mente consciente, mente voluntaria o activa, en tanto que el principio femenino corresponde a la llamada mente subjetiva, subconsciente, involuntaria o pasiva.

Bajo la aproximación Hermética la tendencia del principio femenino -el “mi”- es siempre la de recibir impresiones, mientras que la tendencia del masculino –el “yo”- es a darlas o a expresarlas. El principio femenino –afirma- conduce el trabajo de generar nuevos pensamientos, conceptos, ideas, incluso la obra de la imaginación, mientras que el masculino se contenta con el acto de “querer”, sin embargo, sin la ayuda activa de la voluntad del principio masculino, el femenino puede contentarse con generar imágenes mentales que son el resultado de impresiones recibidas del exterior, en vez de producir creaciones mentales originales.

Agrega que en la sugestión e hipnotismo, la energía vibratoria del principio masculino se proyecta dirigiendo una corriente de energía o poder vibratorio hacia el principio femenino de otra persona, y esta última absorbe ese pensamiento y le permite desarrollarlo y madurarlo.

Mas allá del asombro –y satisfacción- que pueda causar las coincidencias existentes entre una y otra aproximación sobre el ser humano, y el darse cuenta que la “realidad” es finalmente una sola, éstas nos permiten entender el porque de la palabra otorgada al Ap:., ya que su significado bajo este contexto, revela el potencial y la energía que yace en su interior, y que debe ser entendida tanto como una fuente proveedora de materia prima, como valioso procesador de la información que le es revelada a través del simbolismo masónico.

Asimismo, nos permite entender el motivo por el que la Col:. de la belleza corresponde a los Ap:. Masones, en tanto que al representar el principio pasivo o femenino, nos dice que en esta primera etapa de su vida, deberá hacer uso de la intuición –mas que de la razón- como mecanismo para aprehender y decodificar las primeras enseñanzas que lo lleven a alcanzar sus ideales, atendiendo a que por su corta edad, no posee ni le es posible, procesar ni asimilar aquellos conocimientos que se destinan al razonamiento o aspecto masculino o conciente, y que los cuestionamientos que se hace, serán contestados si busca en su interior.

Es la citada Col:. la que sostiene sus primeros pasos, la que le permite comprender sin necesidad de apelar a su razonamiento y que le concede aquello que puede definirse como una sensación o seguridad interna de una idea o creencia que le resulta evidente e incuestionable, y le da la posibilidad de “presentir la verdad”.

V:. de Lima, 19 de noviembre de 2003

B:.R:.L:.S:. Nº 127 “Libertad Universal”

Q:.H:. Miguel de Pomar