La Piedra Franca© - 6
Una Historia Masónica

José Schlosser

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INGLATERRA EN EL SIGLO XVII

Retomemos el hilo de nuestro esquema histórico a partir del parte titulada "La prohibición de las fraternidades" en el capítulo 27 y permitámonos ampliar algo sobre esa sucesión de la corona inglesa.

Ya vimos que "muerto el Rey, y teniendo su heredero Eduardo VI sólo diez años de edad, el Regente Eduardo Seymour continuó y amplió durante cinco años la política de Enrique VIII ...". Subió al trono María Tudor I, la Católica: era hija aquel rey con Catalina de Aragón, su primera esposa, de la que se había divorciado, provocando la ruptura con la iglesia romana.

Maria Tudor se casó con Felipe II de España con el propósito de tener mayor respaldo para su política pro católica. El español a su vez vio en este enlace una alianza que acrecentaría su proyecto de hegemonía europea. Pero María Tudor murió en 1558, sin haber logrado concebir un heredero para Felipe.

MARIA ESTUARDO

La sucesión era incierta: Felipe, como simple viudo de la reina fallecida, apoyaba los derechos de María Estuardo, El tío abuelo de María, Enrique VIII de Inglaterra (ver "El Protestantismo en Inglaterra" en el capítulo 27) también había sido partidario de esta sucesión, con lo que Inglaterra se aseguraría el dominio de Escocia.

¿Quiénes eran los Estuardos? Los Estuardos, Stuart o Stewart ocuparon por primera vez el trono de Escocia en 1371. En 1542 muere Jacobo V (James V). María Estuardo había nacido seis días antes, por lo que, siendo hija única, recibió la corona. Su madre la francesa Mary de Guise asumió la regencia y se preocupó de alejarla de Escocia: cuando cumplió cinco años la envió a la corte francesa, donde a los quince se la casaría con el que sería rey galo Francisco II, dos años menor que ella. Era pues a la vez reina consorte de Francia y reina de Escocia. Pero cuando cumplió dieciocho años Francisco murió y María Estuardo volvió a su tierra natal. Católica por nacimiento y crianza, en su ausencia Escocia había adoptado la religión presbiteriana (ver capítulo 27 "La Reforma Protestante"), pero una política tolerante le permitió superar las dificultades.

María Estuardo estuvo prometida al heredero del trono español Felipe II (que había enviudado de María Tudor, reina de Inglaterra), pero se enamoró y casó con su apuesto primo Henry Stewart, Lord Darnley, que ambicionando el poder conspiró contra María cuando ya estaba embarazada. Dio a luz a quien sería James (Jacobo) VI de Escocia que luego sería coronado como James I de Inglaterra, cuya actuación tendremos oportunidad de estudiar.

Lord Darnley murió en extrañas circunstancias. El nuevo amor de María, y con quien se casó tres meses después, fue James Hepburn, conde de Bothwell, de dudosa reputación. La indignación pública hizo que los nobles la depusieran y encarcelaran, coronando a su hijo de un año James, bajo la regencia del hermanastro de María, Jacobo Estuardo, duque de Moray.

En 1568 María Estuardo huyó a Inglaterra, confiando en la ayuda de Isabel I, que mientras tanto había sido coronada. Pero ésta era considerada por los católicos europeos como ilegítima, por ser hija del matrimonio de Enrique VIII con Ana Bolena, después que el primero se divorció de Catalina de Aragón. En cambio María Estuardo seguía una línea sucesoria "pura": era la bisnieta de Enrique VII (padre de Enrique VIII), ambos de la casa Tudor, por lo que representaba un peligro para la seguridad de Isabel.

Isabel encarceló a María Estuardo y finalmente, en 1587, la hizo ejecutar, procesada por conspiración.

ISABEL I TUDOR

Como ya vimos, Isabel (1533-1603) fue la hija de Enrique VIII y Ana Bolena. Se crío lejos de la corte y recibió una buena educación clásica. Catalina Parr, la última esposa de Enrique VIII la introdujo nuevamente al palacio. Cuando murió el rey, Isabel no intervino en las intrigas que rodearon a la sucesión del niño-rey Eduardo VI y a su regente Eduardo Seymour. Este continuó la política anti papal de Enrique VIII. Isabel apoyó luego la coronación de su hermanastra María. Esta, católica, no le pagó con la misma moneda: encarceló a Isabel que era protestante y sólo la liberó cuando ésta aparentó abrazar el catolicismo. A la muerte de María I, Isabel fue coronada reinando desde 1588 hasta su muerte.

Hizo la paz con los franceses. Apoyó a los protestantes escoceses. En Inglaterra, Isabel afirmó el anglicanismo, haciendo aprobar por un parlamento de mayoría protestante el "Acta de Supremacía" y los dogmas de la iglesia anglicana "bajo el gobierno supremo" de la reina. Los católicos fueron perseguidos mientras que los presbiterianos y puritanos eran sofocados. Promovió la agricultura y el comercio marítimo, con lo que los ingleses prosperaron, especialmente la burguesía mercantil. La cultura floreció y aparecieron figuras como William Shakespeare. Se opuso a la hegemonía española en América y apoyó a los piratas que atacaban las colonias españolas. Gozó del desastre que los españoles sufrieron a causa del tiempo que destruyó a la "Armada Invencible" de Felipe II que pretendía ocupar Inglaterra.

Su problema era su soltería y la consecuente falta de herederos, aunque tuvo varios "favoritos" en la corte.

JAMES I DE INGLATERRA Y VI DE ESCOCIA

Ironías del destino: muerta Isabel en 1603, el único sucesor posible era el hijo de María Estuardo, James (Jacobo) (1566-1625), que ya ostentaba la corona escocesa. Fue entronizado ahora también como rey de Inglaterra, el primero en Inglaterra de la dinastía Estuardo. Abrazó con entusiasmo el anglicanismo para encabezar la religión oficial y persiguió a puritanos y presbiterianos. Partidario del derecho divino de los monarcas intentó desarrollar una política absolutista, lo que provocó constantes conflictos con el Parlamento y una impopularidad creciente en sus veintidós años de reinado. Recordemos que en el mismo tiempo desarrolló su actividad nuestro conocido Francis Bacon.

CARLOS I

Jacobo I murió en 1625 y fue sucedido por su hijo Carlos I (1600-1649) que había despertado grandes esperanzas de cambio, a pesar de su casamiento con una princesa francesa. En este sentido no cedió a las presiones de Roma y continuó apoyando a la iglesia anglicana. Pero para los liberales resultó frustrante, pues siguió sojuzgando a presbiterianos y puritanos con el apoyo de William Laud, arzobispo de Canterbuy, y gobernando como un verdadero dictador auxiliado por Thomas Wentworth, primer conde de Strafford, su ministro.

Sus relaciones con Escocia se vieron afectadas con la orden real de introducir allí el "Prayer Book" inglés. Los presbiterianos escoceses terminaron levantándose en armas 1: establecieron un juramento de lealtad, -el "Covenant",2- y los ingleses debieron firmar la paz. Carlos, demostrando su espíritu vengativo, pidió al Parlamento inglés recursos para enfrentar nuevamente a los escoceses. Al no ceder a sus pretensiones, disolvió el Parlamento (1640). (No fue esta la primera vez: también lo había disuelto en 1625, 1626 y 1629). Pero como de cualquier forma necesitaba fondos, reunió un parlamento reducido, que disolvió a los veinte días. Acosado por las dificultades, convocó a nuevas Cámaras (el "Parlamento Largo") que se enfrentaron al tirano y resolvieron que sólo el propio parlamento podía dictar su disolución. Las Cámaras condenaron a Laud y Strafford a muerte y amonestaron al rey. Este, agraviado, fue personalmente al Parlamento a arrestar a sus opositores. No los encontró, pero la violación del recinto parlamentario por el rey provocó disturbios que obligaron a Carlos a abandonar Londres y refugiarse en Oxford.

1 "Solemn League and Covenant". Sus adeptos se llamaban los "covenanters".
2 "La Guerra de los Obispos"

Junto con Carlos abandonaron también el Parlamento los partidarios del rey. La mayoría puritana llamó a las armas y se desatan las hostilidades entre los ejércitos reales (con ayuda de los irlandeses) y los parlamentarios. Los primeros eran anglicanos y los segundos presbiterianos y puritanos. La guerra civil era pues también religiosa y duró cuatro años.

OLIVER CROMWELL

Oliver Cromwell

El factor decisivo fue la formación de un batallón de puritanos independientes liderado por un parlamentario con gran poder de convicción sobre las masas fanatizadas: Oliverio Cromwell (1599-1658). Sus triunfos en las primeras escaramuzas impresionaron a los parlamentarios, que lo pusieron al mando de sus tropas. Un año después éstas derrotaban a los realistas en Naseby.

Carlos se refugió en Escocia (recordemos que los Estuardos eran escoceses), pero allí quisieron aprovechar la oportunidad para liberarse de la opresión religiosa anglicana que siempre había querido imponer Carlos. Este se opuso a la extorsión y al no lograr su propósito, los escoceses lo entregaron a los parlamentarios, cuyos subsistentes sentimientos monárquicos los ablandaron: proyectaban un pacto que en definitiva salvara al rey. Cromwell y el ejército retiraron del Parlamento a los monárquicos dejando lo que se llamó el "Parlamento rabón" y promovieron un juicio al rey, en el que fue condenado a muerte por los cargos de tiranía, traición y asesinato. En febrero de 1649 Carlos fue decapitado.

El mismo Parlamento minimizado abolió la monarquía y estableció la República (Commonwealth). Para dirigirla creo un Consejo Ejecutivo de partidarios de Cromwell.

Simultáneamente se rebelaron los irlandeses y escoceses, que querían aprovechar la oportunidad para liberarse del poder inglés. Cromwell se ensañó especialmente con Irlanda donde, -en represalia a la resistencia de los irlandeses que habían matado a muchos soldados ingleses,- los católicos fueron masacrados, vendidos como esclavos, y despojados de sus tierras (que pasaron a propiedad de ingleses). En Escocia dominaban los presbiterianos que habían elegido como rey a Carlos II, hijo del ejecutado Carlos I. Cromwell fue más tolerante, pero envió al rey al exilio. En definitiva se unieron todas las Islas Británicas bajo el gobierno republicano inglés.

Sintiéndose lo suficientemente fuerte por sus triunfos, Cromwell, formó un nuevo Parlamento que lo nombró Lord Protector con lo que se estableció una dictadura que duraría cinco años y en el transcurso de los cuales Gran Bretaña se convertiría en una de las más fuertes potencias europeas.

LA RESTAURACIÓN: CARLOS II

Cromwell murió en 1658 y su hijo, que lo sucedió, no logró el respeto del ejército: el General George Monck, que comandaba las fuerzas en Escocia tomó Londres y reunió al Parlamento "largo" (el completo, que incluía a realistas) y trajo del exilio al hijo de Carlos I, Carlos II, quien fue coronado.

Su reinado sufrió las mismas dificultades que el de su padre: comenzó con el apoyo del ejército y del pueblo, prometiendo amnistía, libertad de conciencia para todos los protestantes y respeto por la graduación de los militares. Pero al poco tiempo los problemas económicos, políticos y religiosos conmoverían las bases de un gobernante que nuevamente quería imponer el absolutismo real. Para disimularlo, debilitó las normas morales y consuetudinarias impuestas por Cromwell. Abrió las arcas para simular una situación de bonanza, que rápidamente lo enfrentaría a graves problemas financieros.

Tanto o más grave fue la actitud del monarca respecto a la religión: también en este aspecto trató de aparentar una actitud tolerante para tranquilizar a los puritanos y presbiterianos, nombrando a algunas figuras adictas a Cromwell para puestos importantes. Pero en realidad sus propósitos eran los de restablecer el catolicismo: se casó con Catalina de Portugal, una princesa católica; recurrió al católico Luis XIV de Francia para solucionar los problemas económicos, en lugar de pedir fondos al Parlamento; instituyó la "Declaración de Indulgencia" en la que aparentemente establecía la libertad de cultos, pero que en realidad reimponía el episcopalismo anglicano, como etapa para sus objetivos "papistas". El Parlamento previó este peligro y en 1672 promulgó el "Test Bill", donde se obligó a todos los funcionarios públicos y militares a declarar su profesión anglicana y su anticatolicismo. El Parlamento fue aun más allá: previendo reacciones monárquicas aprobó el "Habeas Corpus" defendiendo las libertades individuales. En 1679 el cuerpo legislativo promulgó la ley que impedía acceder al trono al hermano católico del rey, Jacobo Estuardo.

Aquí se habían creado dos "partidos": los "tories", conservadores y mayormente anglicanos, partidarios de la predominio real, y los "whigs", liberales y protestantes en su mayoría, defensores del Parlamento. Todas estas escaramuzas entre los parlamentarios y el rey dieron como resultado, que en 1681 Carlos II disolviera el Parlamento, cuando en este se formó una mayoría liberal. Carlos II reinó como dictador hasta su muerte en 1685.

INTENTO CONTRARREFORMISTA CATÓLICO

A pesar de toda la oposición, el hermano mayor del ejecutado Carlos II, Jacobo Estuardo, logró subir al trono por un corto período de tres años (1685-1688). Trató de reimplantar el absolutismo monárquico y su reinado mostró una clara tendencia católica: se casó con la también católica María de Módena y bautizaron al hijo de ambos (creando con esto un "peligro" de sucesión católica); prefirió a los funcionarios católicos, violando lo dispuesto por el "Test Bill" de 1672, llenó las vacantes con obispos católico-romanos; confió nuevamente la educación secundaria a los Jesuitas, etc. Su reinado coincidió En cambio sus dos hijas mayores, María y Ana, estaban casadas con protestantes. Los tories y los whigs se pusieron de acuerdo, con el apoyo de la iglesia anglicana, -que también se veía en peligro,- y del ejército, para pedir la intervención del marido de María, el estatúder holandés Guillermo de Nassau y Orange. Este desembarcó con sus tropas y venció a las de Jacobo II que se refugió en la corte de Francia.

A los partidarios del rey depuesto se les llamó "jacobitas". No confundir con los "jacobinos", pertenecientes a un partido político de Francia en la época de la Revolución.

LOS JACOBITAS Y EL FUTURO RITO ESCOCÉS

No hemos podido resistirnos a hacer un paréntesis e incluir aquí una parte de nuestro libro COSMOS E INMORTALIDAD, la que se refiere a la historia del Rito Escocés. Cuando ella se estudia con referencias mínimas a la historia de la Europa contemporánea, y especialmente a la de Inglaterra, los hechos no aparecen con claridad. En cambio, en este lugar de nuestro libro, ambos "paquetes" informativos se unen y resultan de una claridad meridiana.

"Jacobo (1633-1701) Estuardo, Rey de Escocia e Inglaterra era bisnieto de María Estuardo, Reina de Escocia y Reina consorte de Francisco II de Francia, de donde nace la francofilia de los Estuardos.

Al ser depuesto huyó a Francia junto con parte de sus tropas y nobles escoceses fieles. Su hijo Jacobo Estuardo (1688-1766) pretendió infructuosamente volver al trono, creando una infraestructura política en su exilio francés.

Uno de los adeptos de Jacobo Estuardo fue Andrew Michael Ramsey, discípulo del místico y escritor sagrado francés Fenelón, Obispo de Cambrai. En 1736 pronunció un discurso que se inscribió en los anales de la historia masónica. Era Ramsay un entusiasta de la tradición caballeresca de la Edad Media (Caballeros Templarios, Caballeros de Malta). Sostuvo, -con mayor o menor fundamento,- que la masonería había nacido en Tierra Santa, abiendo sido un instrumento ideológico de los Cruzados. Interpolando esta tesis en la Masonería, la definió como una orden de nuevos caballeros de los tiempos modernos, cuya misión consistiría en construir una comunidad universal por encima de las naciones, regida por Dios, basada en la hermandad, y puesta al servicio del bien y de la verdad.

Hay que destacar que el pastor presbiteriano James Anderson y el "hugonote" (protestante calvinista) francés Jean Theophile Desaguliers, -los pilares ideológicos de la fundación de la Gran Logia de Inglaterra,- por su calidad de pastores sostenían una posición orangista, anticatólica y deísta.

Ramsay era estuardista y católico. Los ingleses a su vez eran racionales, moralistas, pero antiesotéricos, mientras que Ramsey era mucho más espiritualista, místico e iniciático.

Pero la discrepancia de mayores consecuencias entre ambas corrientes fue la referente a los Grados: mientras los ingleses defendían el reconocimiento de los tres grados gremiales, Ramsey en su discurso lanzó la idea de tres nuevos grados superiores para promover la especulación, los de los Escoceses, Novicios y Caballeros Templarios.

Las ideas "revolucionarias" de Ramsey y especialmente su propuesta de multiplicar los grados, no lograron penetrar la coraza principista de los londinenses. Pero su discurso traducía la tendencia que dominaba a la elite masónica europea.

Nos encontramos en una Francia convulsionada, pocos años antes de la Revolución. El desorden constituye campo fértil para la redacción de documentos cuya autenticidad es difícil de comprobar. Luis de Bourbon, conde de Clermont y desde 1743 Gran Maestro de la Gran Logia inglesa de Francia no logró satisfacer las expectativas de orden, abriendo el camino a una indiscriminada formación de cuerpos masónicos en los que se otorgaban todo tipo de grados.

Con la sana intención de elevar el nivel personal de la masonería el Caballero Nicolás de Bonneville establece en París en 1754 el Capítulo de Clermont que ya otorgó tres grados superiores (Caballero del Aguila o Maestro Electo, Caballero Ilustre o Templario y Sublime Caballero Ilustre). Poco después se deshizo.

Pero de sus restos se formó en 1758 el Consejo de Emperadores de Oriente y de Occidente, que junto con otro cuerpo autónomo fundado de 1759, el Consejo de Príncipes del Real Secreto promulgaron en 1762 en Bordeaux las Constituciones que institucionalizaban 25 Grados de Perfección (incluyendo los tres simbólicos), que se podían recibir en un mínimo de 81 meses (recordemos también la cuerda de 81 nudos, de bello simbolismo en el Rito Escocés). Aquí encontramos también la mención del Tres Veces Poderoso Maestro como cabeza de una Logia.

Muchos de los Hermanos de estos cuerpos constitucionales eran escoceses estuardistas exilados, por lo que se comenzó a hablar del Rito Escocés de Perfección.

En 1772 la Gran Logia de Francia cambió su nombre por Gran Oriente. Ocupó la Gran Maestría Luis Felipe José, duque de Chartres y luego de Orleans. Se impuso también como Soberano Gran Maestro de todos los Consejos, Capítulos y Logias Escocesas de Francia. Sus intentos de regularización tampoco tuvieron el éxito ambicionado.

Pocos años después se destaca uno de los mas importantes hechos de la historia masónica moderna, y también uno de los mas controvertidos: las Constituciones de 1786. Federico II de Prusia, el Grande, figuró como Gran Maestro de la Gran Logia prusiana desde 1747, haya o no ejercido como tal. La misma contaba entre sus miembros a muchos artistas franceses que habían sido llamados a su corte. Posiblemente aquí se halle la explicación de los hechos siguientes que atribuyen al Rey la iniciativa del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.

¿Cómo es que las Constituciones de 1786, auténticas o no, llegaron a ser la base del Rito Escocés Antiguo y Aceptado en América?

Debemos volver al ano 1761. El Supremo Consejo de Emperadores de Oriente y Occidente tuvo la suerte de encontrar a un Hermano superactivo e influyente comerciante en las colonias americanas, nombrándolo Gran Inspector ad Vitam para el Hemisferio Occidental: Etiene Morin era su nombre.

Creó varios Capítulos del Rito de Perfección en el Caribe. Mientras, la fuente de su autoridad fue barrida, primero por la reorganización de la masonería francesa y luego por la Revolución. Hay indicios de que por eso recurrieron al Gran y Supremo Consejo del Grado 33°. Del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, para contar con un respaldo europeo que justificara su existencia.

En 1797 se estableció en Charleston, Carolina del Sur, un Supremo Consejo del Rito de Perfección y cuatro años más tarde se crea en la misma ciudad el Supremo Consejo de Grandes Inspectores Generales para los EEUU. De América del Rito Escocés Antiguo y Aceptado (Supremo Consejo del Grado 33°), que basa su autoridad en las Constituciones de 1786, que son citadas en el Manifiesto Constitucional, sean aquellas auténticas o no, hayan sido firmadas por Federico II o no.

Mientras, en Berlín había muerto Federico II y su hijo, Guillermo II, partidario de la Orden de Rosacruz prohibió toda otra forma de masonería. Es así como el Supremo Consejo de Charleston, que luego se trasladó a Washington, -quedó como potencia señera de nuestro Rito. Y digo señera y no central o dirigente, pues hasta hoy los Supremos Consejos del Mundo no han logrado un acuerdo para constituir una autoridad confederativa adecuada, y cada uno de ellos actúa con total autonomía. Sin embargo, la costumbre a través de 200 años, la consideración del Supremo Consejo de Charleston como Logia Madre y la aceptación mayoritaria de los principios de libertad, de bienestar social y de perfeccionamiento moral, intelectual y espiritual establecidos en las Constituciones, hacen que toda discusión sobre sus orígenes se haya convertido en meramente académica."

LA "REVOLUCIÓN GLORIOSA"

Retornemos al intento de contrarreforma católica de Jacobo II. Dijimos que gracias a que tories y los whigs, la iglesia anglicana y el ejército se pusieron de acuerdo, Guillermo de Nassau y Orange desembarcó con sus tropas y venció a las de Jacobo II que se refugió en la corte de Francia.

Guillermo entró en Londres en 1688. Desaparecido Jacobo, se formó un gobierno provisional que determinó la convocatoria de un Parlamento constituyente. Este decidió que Guillermo y su esposa María serían, ambos, coronados reyes de Inglaterra, en un régimen monárquico constitucional, en el que el Parlamento detentaría la soberanía. La llamada Revolución Gloriosa terminaría definitivamente con las aspiraciones de absolutismo puestas de manifiesto por toda la dinastía de los Estuardos.

En el plano religioso se promulgó un "Acta de Tolerancia" (1689) (que en 1701 se ampliaría con un "Acta de Establecimiento") con las que se declaraba la libertad de cultos para los protestantes, aunque se excluyó de ella al catolicismo.

María murió sin haber tenido hijos en 1694. Guillermo en 1702. Los sustituyó como reina de Inglaterra, Ana, la hija menor de Jacobo II, que tampoco tenía hijos vivos. Quedaba por resolver quien ocuparía en el futuro los tronos de Escocia y de Inglaterra: los hijos de Ana habían muerto y los ingleses no querían que se planteara nuevamente la posibilidad de un monarca católico. Por lo tanto establecieron normas que habilitaron el acceso al trono escocés a la nieta protestante de Jacobo VI de Escocia (que fue Jacobo I de Inglaterra desde 1603 a 1625), Sofía de Hannover y a sus descendientes. Los acontecimientos posteriores llevarían a reyes de la dinastía Hannover al trono de Inglaterra y Escocia, con lo que ambos reinos quedarían definitivamente unidos formando el Reino Unido de Gran Bretaña.

LAS GUERRAS EN EL CONTINENTE

Nuestra concentración en los acontecimientos en Inglaterra, el escenario de nuestro drama sobre el nacimiento de la masonería especulativa, nos hicieron olvidar lo que mientras tanto pasaba en el continente. Haremos un repaso selectivo de ello, limitándonos a los aspectos vinculados con nuestro tema principal.

En este mismo capítulo, al final de la parte dedicada a "Isabel de Tudor", escribíamos sobre "... el desastre que los españoles sufrieron a causa del tiempo que destruyó a la "Armada Invencible" de Felipe II que pretendía ocupar Inglaterra". Sin embargo, el rey de España no cejó en sus esfuerzos por influir en la realidad europea: su obsesión católica lo llevó a seguir intentando sin éxito que su hija Isabel ocupara el trono francés. La población gala estaba dividida entre católicos y protestantes: mientras Felipe y el Papa ayudaban a los católicos, Inglaterra, Holanda y los luteranos alemanes apoyaban a los calvinistas franceses. En 1562 habían estallado las hostilidades en Francia entre los dos bandos. Luchas sangrientas, asesinatos y movimientos tácticos de pretendientes de la nobleza para conquistar la corona mantuvieron, -ora latentes, ora activas,- las hostilidades.

El protestantismo calvinista había logrado introducirse con gran éxito en Francia, llegando a atacar y saquear iglesias católicas. Francia estaba así dividida tanto religiosa como políticamente en dos partidos, el católico y el protestante. Catalina de Médici que ejerció la regencia (1560) durante la minoría de su hijo Carlos IX, trató de ser imparcial. Pero esto animó a los calvinistas en sus exigencias. La reacción católica hizo que los protestantes sufrieran el ataque católico en el "Degüello de Vassy" y la matanza de "la noche de San Bartolomé", -instigada por la Regente,- y perdieran a su líder Condé. La ascensión al trono del calvinista Enrique IV, previa conversión al catolicismo, terminó con las luchas: en 1598 promulgó el Edicto de Nantes otorgando una amnistía general: en él se establecía la libertad de conciencia, igualdad de derechos y un statu quo por el que los católicos recuperaban su preeminencia en el culto de las zonas previamente católicas y los calvinistas mantenían sus privilegios en los lugares donde su religión estuviera ya implantada.

La tolerancia de Enrique IV, su éxito en colocar a Francia en una situación privilegiada dentro del panorama europeo, su acertado manejo de la economía, no impidió que un fanático lo asesinara el 1610. La dinastía de los Borbones que se había iniciado con Enrique, se continuaría con Luis XIII (1610), Luis XIV (1643), Luis XV (1715) y Luis XVI (1774) hasta haber sido decapitado en 1793, con la Revolución.

Luis XIII nombró en 1624 al cardenal Richelieu, hombre de brillante y discutida personalidad que en sus dieciocho años de dominio absoluto de la política francesa impuso el poder real, limitó la independencia de los calvinistas ("hugonotes") que gracias al Edicto de Nantes (1598) se habían erigido en una fuerza política, sojuzgó a la nobleza, redujo la función del Parlamento a asuntos judiciales, reorganizó la administración del país en intendencias imponiendo un orden que se tradujo en prosperidad, creó la marina de guerra con lo que protegió el comercio marítimo francés y colonizó Canadá. En lo internacional proyectó luchar contra el poder de los Habsburgos que reinaban en el Imperio alemán y en España, lo que se concretaría posteriormente en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648).

En 1643 ocupó el trono Luis XIV, el Rey Sol, cuyo reinado absoluto (1643-1715) se puede reflejar en su frase "el Estado soy yo".

Sin desconocer la importancia política y militar de estos setenta y dos años de poder, nos limitaremos a destacar dos aspectos que inciden directamente en nuestra "Historia Masónica": el desarrollo intelectual y la lucha contra el protestantismo.

En el primer aspecto Luis IV se encontró con un camino abierto por Richelieu, que había fundado en 1635 la Academia Francesa. En su seno se desarrolló una brillante actividad en la que se destacaron verdaderos genios como los comediógrafos Molière, Pedro Corneille y Jean Racine, los filósofos René Descartes y Blás Pascal (también matemático, físico y escritor), el poeta y fabulista Juan de La Fontaine, el escritor Fénelon, etc.

La lucha contra los calvinistas comenzó apenas Luis XIV subió al trono, acorde con su política tendiente a lograr orden, paz y unidad en Francia. Al principio se limitó a poner trabas a las disposiciones del Edicto de Nantes, reduciendo los privilegios que en él se otorgaban. Luego redujo la libertad protestante de culto, demolió templos y puso trabas a las asambleas. Esto hizo que muchos protestantes buscaran refugio en Inglaterra, donde su aporte tanto numérico como intelectual contribuyó a reforzar la importancia del protestantismo en la isla.

Así termina este repaso de algunos acontecimientos del siglo XVII dentro del que deberemos ubicar ahora el proceso que daría lugar a la aparición de la Masonería Especulativa.




32
LA COMPAÑÍA DE LONDRES

Escudo de la Worshipful Company of Masons. Lema: Dios es quien guía
Escudo de la
Worshipful Company of Masons
Lema: "Dios es quien guía

LA CIUDAD DE LONDRES

En el capítulo 16 hicimos referencia a las comunas y a las ciudades libres. Londres fue conquistando sus prerrogativas aún antes de la conquista normanda: en un "charter" de 1067, Guillermo el Conquistador prometió respetar los derechos, privilegios y leyes que habían sido otorgados a la ciudad por Eduardo III, el Confesor, que reinó entre el 1042 al 1066. Aunque Londres reconocía la autoridad de la corona representada por un Sheriff, los asuntos municipales eran manejados por un "Elder", (hoy Lord Mayor) auxiliado administrativamente por una Corte que luego se transformaría en el Common Council. La independencia cívica se reforzó al establecerse la Comuna que en lo sucesivo elegiría al Sheriff (1199). Su sede estuvo en el Guildhall (donde seguramente se pagaban los impuestos: gild (ver parte I de capítulo 16).

EMANCIPACIÓN

En la Alta Edad Media inglesa, la expresión "hombre libre" (freeman) significaba que no era "propiedad" de ningún señor feudal, con lo que tenía derecho a ganar dinero y poseer tierras . En Londres, el freeman gozaba del "freedom of the city", es decir que era un hombre libre o emancipado. Sólo quien exhibiera esta calidad podía trabajar en un oficio o tener negocios en la ciudad. Quien no fuera freeman no podía ni siquiera ser aprendiz de un oficio.

En cambio, quien poseyera el "freedom" ciudadano no pagaba peaje en ninguna feria del reino, tenía derecho al voto, a usar armas en defensa de la ciudad y a integrar una Compañía.

Tres eran las formas por las que se adquiría esta ciudadanía: por patrimonio en el sentido de nacimiento legítimo de un padre que ya era ciudadano, por aprendizaje, cumpliendo no menos de siete años como aprendiz de un Maestro (artesano o comerciante), y por redención, comprando la ciudadanía.

LAS "LIVERY COMPANIES"

Nos resultó imposible establecer el momento en el que las guildas londinenses recibieron la denominación de Companies. Seguramente fue un proceso paulatino. Sin embargo ya encontramos Cartas u Ordenanzas reales otorgando la calidad de Livery Company en la época del rey Eduardo III (que reinó entre 1327 a 1377).1 En estos Charters no solamente se establecían los derechos y obligaciones de las Compañías, sino que se regulaban el aprendizaje, las condiciones de empleo, los exámenes de capacidad, la calidad de los productos y las penalidades. Por su importancia, estabilidad y prestigio se autorizaba a sus miembros a llevar librea (livery), un traje o toga distintivos que proclamaban la calidad elitista de quien las vistiera. El privilegio de usarlos estaba limitado sólo a ciertos grados de membresía.

1 No se trata del mismo rey Eduardo III que mencionamos algunos párrafos antes. Para no confundirlos, a aquél se lo denomina "el Confesor". Por lo visto el primero era muy afecto a otorgar honores, pues fue el creador en 1348 de la "Orden de la Jarretera" (jarretera=liga con hebilla). Es una orden de inglesa de "caballería" muy distinguida, con sede en la Sala del Trono de la Jarretera del Palacio de Windsor, donde Ashmole ocuparía el cargo de "Herald". El rey es el Gran Maestre y el Príncipe de Gales también la integra.

La expresión "FREEDOM OF THE COMPANY" ha sido objeto de traducciones o interpretaciones erradas: ella significa simplemente la ADMISION AL GRADO BASICO DE MIEMBRO DE LA COMPAÑIA ("Livery").

El aspecto gremial era sólo una pequeña parte del interés de los freemen asociados a la Compañía: lo importante era que ellos mismos podían establecer la emancipación que mencionamos anteriormente. También así tenían derecho a elegir al Lord Mayor de la ciudad y a participar en su gobierno.

Las Livery Companies estaban dirigidas por un Master (o Supervisor) y/o Guardianes (Vigilantes o Directores), otros Asesores u Oficiales.

LA COMPAÑÍA DE MASONES (CONSTRUCTORES)

La taberna Del Ganso y la Parrilla en Londres, a los fondos de la Catedral de San Pablo
La taberna "Del Ganso y la Parrilla"
en Londres, a los fondos de la
Catedral de San Pablo

Desde las primeras Compañías de Librea que recibieron su Carta en el siglo XIV, cada gremio luchó por obtener la suya, siendo el siglo XVII el de mayor ímpetu. Encontramos así a las compañías que agremiaban a los comercios de ramos generales, ultramarinos, pieles, cueros o telas, y a artesanos como orfebres, sastres, pescadores, saladores, vinicultores, cerveceros, costureros, barberos, panaderos, etc. Ciento dos en total, según el registro que hemos encontrado en los archivos de la Ciudad de Londres.

El antecedente inmediato se encuentra en el Statute of Labourers del año 1350, en el que se establecían los salarios de los trabajadores y donde se mencionan las palabras "freestone" y "mason". En 1356 se inscriben las "Regulaciones de los Masones de Londres", que aunque no mencionan una organización específica establecen normas laborales y sistemas de aprendizaje.

Ya en 1376 la Worshipful Masons' Company of London está representada en la Corte del Common Council lo que hace suponer su existencia anterior por un período significante. En las actas de la Corte la Compañía figura al mismo tiempo como Mason's Company y Freemason's Company. Posteriormente se confirmó el uso de Worshipful Company of Freemasons of the City of London y en 1655 se cambia el nombre por Masons en lugar de Freemasons.

Recordemos que en 1390 está fechado el Manuscrito Regio y que presuntamente en 1425 se escribió el Manuscrito de Cooke.

En 1463 la Compañía de Masones de Londres estableció su sede en un local que alquiló al Convento de la Sagrada Trinidad ubicado en Basinghall Street, que fue adquirido en propiedad en 1562 y destruido en el incendio de Londres en 1666. En 1668 fue reconstruido, seguramente con fondos de masones "aceptados", no pertenecientes al oficio de la construcción, para tener un lugar donde reunirse. Definitivamente fue vendido en 1865, a pesar de lo cual la calle conserva el nombre de Mason's Alley (Callejuela de los Masones) y la Mason's Hall Tavern recuerda el lugar de la sede.

En este lugar se efectuaban las Asambleas, de asistencia obligatoria. A continuación de éstas, se realizaba una cena con asistencia de las esposas.

Boceto de la fachada de la sede de la Worshipful Company of Masons

En 1481 se había otorgado la Librea a la Compañía de Masones. No existe copia de la Carta Real, que posiblemente haya desaparecido en el incendio de Londres de 1666. El rey Carlos II la renovó en 1677. Aún en su época de auge, encontramos a los Masones dentro de la lista de Compañías de Londres en un modesto trigésimo lugar. Las Logias de constructores no eran de importancia, salvo en las grandes ciudades, entre ellas Londres. Los constructores de grandes catedrales, por su carácter de itinerantes y por el hecho de que se regían por un sistema de ex guildae, dejaban de estar bajo la jurisdicción de una guilda local. El obrero, era contratado por el Maestro Arquitecto como apoderado de las autoridades, generalmente eclesiásticas, que eran las que pagaban. Estos eran los nuevos "amos" del operario constructor de las catedrales. Por lo tanto free aplicado a un masón (albañil, constructor) se refiere al hecho de estar libre de las órdenes de las guildas locales pero no a que como individuo pudiera recorrer libremente la campiña ofreciendo su trabajo a quien lo quisiera.

LA DECADENCIA

La Reforma religiosa terminó con la construcción de grandes catedrales góticas por parte de la Iglesia, los reyes y los nobles, y marcó también el comienzo de la decadencia de la Compañía de Masones. Contribuyó a ello un cambio en los sistemas de contratación: mientras antes los constructores eran empleados que cobraban los gastos y un salario, los nuevos ricos encargaban trabajos de construcción a contratistas que se encargaban como negocio de todos los detalles de la obra, la financiaban y la cobraban con una buena ganancia. La monarquía por su parte, se aprovechó de la situación inestable para restar poder político y económico a las Compañías. La de Masones tuvo serios problemas que pueden conocerse gracias a las actas del Common Council londinense, ya que los libros de la Compañía se quemaron en el incendio de Londres. Precisamente éste dio el golpe de gracia a la Organización, que no estaba preparada para asumir el compromiso de la reconstrucción de la ciudad.

ADHERENTES

Creemos que las guildas en general y la Compañia de Londres en particular tuvieron siempre adherentes vinculados en una u otra forma a la cofradía sin pertenecer al oficio.

Esta relación tuvo el sentido de incluir en la cofradía a "miembros honorarios" que actuaran ya fuera como "protectores", como consejeros o como colaboradores administrativos (notarios, contables, cirujanos, mercaderes, etc.), pero sin ninguna intención ideológica. Apoyaban a la institución y contribuían a ella, a veces con ideas, otras con ayuda pecuniaria. Seguramente en épocas remotas no tenían ningún status formal y tampoco voto en las asambleas. Pero su influencia debió hacerse sentir en las decisiones estratégicas del gremio. Dentro de estos "adherentes" deberíamos incluir también a aquellos extraños que usaron su afiliación a la Compañía para adquirir su "livery", su calidad corporativa que les permitía ser ciudadanos de Londres con todos los derechos.

En el siglo XVII, cuando la situación de la Compañía se fue haciendo crítica por la falta de trabajo y el cambio en los sistemas de contratación de constructores, el apoyo de estos "afiliados" no formales fue ganando importancia.

No es posible establecer el momento en el que la Compañía de Londres creó una categoría formal que regularizara la posición de estos integrantes relacionados pero no operativos. Sabemos que Elías Ashmole fue "hecho" masón en el año 1646. Trataremos de conjeturar cuál pudo ser la situación en los tres decenios anteriores.

LA CONEXIÓN ESCOCESA

Contrariamente a lo que ocurrió en Inglaterra, podemos encontrar en Escocia una inequívoca documentación desde el año 1598.

"La Logia de Edimburgo y otras en Escocia estuvieron legalmente gobernadas durante el período en cuestión por los Estatutos de los años 1597 y 1598, promulgados por William Shaw, "Maestro de Obras" y "Gran Maestro de los Masones" (constructores) ("Chief Maister of Maissonis") por nombramiento real". (Transactions de la Logia de Investigación "Leicester, Inglaterra, año 1903, por el MRH:. W.J. Hughan PGD.

Y precisamente en un acta del año 1600 de la Logia No. 1 de Edimburgo,2 figura la iniciación del primer masón aceptado, el Caballero John Boswell. Este ejemplo de "aceptación" escocesa, nos muestra claramente la práctica de incluir legos, -en el sentido de no perteneciente al oficio,- en las logias operativas.

2 Que se reunía en la St. Mary Chapel.

El rompimiento de las normas de exclusivismo profesional que imperaban en las organizaciones de constructores escocesas y la inclusión de "aceptados" puede haber legitimado su emulación en Londres, tal como estudiaremos más adelante.




33
EMERGENCIA DE LA MASONERÍA ESPECULATIVA

ADELANTANDO UN EPILOGO

Retomamos aquí el hilo de nuestra secuencia histórica, a partir del estudio de la Compañía de Francmasones de Londres. Llegamos a la culminación de nuestro trabajo. El desarrollo de las conclusiones es el reto más difícil con el que debimos enfrentarnos. Porque el deseo de llegar a ellas y compartirlas con el lector es el responsable de que hayamos encarado toda esta historia. A través de la misma nos hemos tomado la licencia de evadirnos de una continuidad lineal, pues hemos creído que solamente un desarrollo fractal de los hechos nos permitiría una cabal comprensión de los mismos.

Para el análisis histórico hemos tenido que incursionar en campos tan variados como los de Biblia, Cábala y Alquimia, en materias tales como historia, geografía, física, filosofía, religión, arquitectura, petrografía, comercio, y analizar expresiones en latín, alemán e inglés antiguo y medio. Debemos confesarles que para nosotros ha constituido un real placer que esperamos haya sido compartido por el lector.

El propósito de este desubicado epílogo es confesar desde ya que sólo podremos arriesgar conjeturas. Ellas se basarán en hechos que pudimos comprobar. No caeremos en el fácil error de velar la realidad con sentimientos. Estos constituyen un disfraz cuyo uso dejaremos a aquellos que escriben la historia con la emoción de las leyendas, un camino legítimo para transmitir mensajes pero que no coincide con nuestro propósito al realizar esta investigación, en la que hemos tratado dentro de lo posible de ceñirnos a pautas científicas.

Hemos gozado de la satisfacción de repasar las huellas de una importante historia para el desarrollo de la humanidad. Ellas justifican tanto el camino recorrido por la masonería como su cardinal importancia para el futuro. Perennes soñadores en un mundo mejor, tanto como el lector, deberemos continuar con la tarea de desentrañar hasta los más pequeños detalles de la formación de nuestra Orden, para poder brindar a cada uno de ellos su importancia simbólica con lo que se despertará el interés e se incentivará la incorporación de nuevos eslabones a nuestra Cadena Universal.

EL VACÍO DOCUMENTAL

En capítulos anteriores vimos el duro camino que tuvieron que recorrer los opositores, -descubiertos o clandestinos,- a la iglesia anglicana cuyas bases estableció Enrique VIII con su Acta de Supremacía, que establecía la jefatura del rey en la religión inglesa, manteniendo el episcopado y cambiando solamente de patrón.

Muchos de aquellos que habían abrazado el protestantismo o nacido dentro de él, tuvieron que aceptar una pública apariencia de adhesión a la religión del estado, para poder acceder a cargos públicos o militares. Pero su religión original no perdió en realidad adeptos. Tanto si disimulaban sus creencias como si las declaraban, su principal motivación era, en primer término, la libertad de cultos. Ella implicaba también aspiraciones más amplias de libertad de pensamiento. Los puritanos y presbiterianos, pero también muchos anglicanos que rechazaban el dogmatismo y propendían a un mundo abierto para la mente y el espíritu, se colocaban en una situación peligrosa y quienes se arriesgaban a ser perseguidos, optaron por destruir la mayoría de los archivos que pudieran incriminarlos. Es así como se produjo un vacío documental1 en todo tema que tuviera referencia con la masonería, cualquiera fuera la forma en la que se presentara. Este hueco se prolongó hasta 1646, casi cien años después, cuando nos encontramos con la primera mención documentada de francmasonería: Elías Ashmole anotó en su diario que el 16 de octubre de 1646 él junto con quien sería su suegro, el propietario Henry Mainwaring, fueron iniciados dentro de una Logia no operativa, la de Warrington. No hay documentación anterior o posterior sobre esta Logia. Hemos comprobado la lista de las logias actuales de Warrington, y tampoco hubo una continuación de la misma. Pero es evidente que en algún momento entre 1547 y esta Iniciación, surgió como algo nuevo o despertó bajo una nueva forma un movimiento distinto a todos los que habían existido hasta entonces y que se manifestó bajo la forma de Logias. Tratar de llenar el bache con conjeturas justificadas por acontecimientos históricos paralelos o consecuencias que testimonian su existencia con un alto índice de probabilidad, constituirá un método que, si bien no es seguro, abre claras posibilidades de explicar el fenómeno masónico del siglo XVII.

1 Ver "La prohibición de fraternidades" en el capítulo 27 sobre "La Reforma Protestante".

ELIAS ASHMOLE

Elias Ashmole
Elias Ashmole

Nació en la calle Breadmarket de la ciudad de Lichfield ubicada en el condado industrial de Stafford en 1617 y murió en 1692 en Londres.

Su padre Simón era un artesano, pero sus ocupaciones militares le hicieron descuidar los bienes familiares por lo que Elías cantó en el coro de la Catedral anglicana de su ciudad para poder recibir una adecuada educación que luego continuó en Londres, donde trabajó en la práctica legal (en 1669 recibiría un Master honorario de Oxford). En 1638 se casó con Eleanor que le llevaba catorce años y que proveyó sus necesidades económicas en los tres años de matrimonio.

Como premio a su lealtad, Carlos I lo nombró en 1644 recaudador de impuestos, ejerciendo después otros puestos administrativos de creciente importancia. En 1646 fue "hecho" masón. Viudo, conoció en casa de su Hermano masón lord Mainwaring a la hija, -mayor que él en veinte años y casada anteriormente tres veces,- con la que contrajo matrimonio en 1649 y de quien enviudó en 1668. Después de la Restauración del rey Carlos II, éste lo encumbró a importantes puestos: lo nombró en 1660 auditor de impuestos de Londres, luego Inspector General para Inglaterra, integrante de diversas comisiones y especialmente Herald of Windsor, cargo que le permitió dedicarse a su actividad como anticuario, coleccionista y autor. El hecho de ser un hombre que gozaba de la confianza del rey y la importancia de sus cargos le permitió vincularse con importantes personajes de la época.

Sus temas predilectos eran astrología, alquimia, anatomía, medicina, hermetismo, botánica, historia, arqueología y arte. Había reunido una gran cantidad de manuscritos sobre estos temas, colección que fue acrecentada por los aportes de sus amigos y los especimenes de John Tradescant, un famoso botánico que le legó la colección en 1659. Ashmole consideraba a estos documentos y muestras como elementos fundamentales para estudiar al hombre en forma integral y ubicarlo dentro del medio ambiente, rechazando la imagen de "curiosidades" con que generalmente se los veía. Escribió obras como Institutions, Laws and Ceremonies of the Order of the Garter (1672)2 y Theatrum Chemicum Britannicum (1652).

2 Se refiere a la "Orden de la Jarretera" (jarretera = liga con hebilla): es una orden de inglesa de "caballería" muy distinguida, con sede en la Sala del Trono de la Jarretera del Palacio de Windsor. El rey es el Gran Maestre y el Príncipe de Gales también la integra. La creó el rey Eduardo III en 1348.

En 1683 Ashmole donó toda su colección a Oxford, que edificó3 para contenerla el que fuera primer museo público inglés y centro de estudios hoy denominado "Ashmolean Museum of Art and Archaeology".

3 Hemos encontrado menciones que atribuyen el proyecto de la construcción del edificio a Sir Christopher Wren. La Enciclopedia Británica, sin embargo, lo atribuye a Thomas Wood.

ASHMOLE "FREEMASON"

La importancia de Elías Ashmole para la masonería comienza con el asiento encontrado en su Diario con fecha 16 de octubre de 1646, hora 4.30 P.M.:

"Fui hecho Francmasón (Freemason) en Warrington, en Lancashire, junto con el Coronel Henry Mainwaring de Karnicham, Chesire" (su futuro suegro). Menciona los nombres de los presentes, ninguno de ellos artesanos de la construcción. Esta es la primera mención de la existencia de una masonería especulativa o simbólica en Inglaterra.

El 10 y 11 de mayo de 1682, treinta y seis años después, hay dos anotaciones de interés para nuestra investigación:

"Fui ("a concurrir a la Logia que se celebrará en el Mason Hall de Londres") (la sede de la Compañía de Masones) ... y cerca del mediodía4 fueron admitidos en la Compañía (Fellowship) de Francmasones (Free Masons) Sir William Wilson Knight, el Capitán Richard Borthwinck, y los señores William Woodman, W. Grey, Samuel Taylour y William Wise."

4 Hora simbólica de comienzo de los trabajos en las logias masónicas.

A continuación menciona los nombres de los asistentes, entre ellos el Maestro de la Compañía de Masones de Londres y la mayoría de los demás, miembros de la misma institución. Y finaliza:
"Todos cenamos (dinner)5 en la taberna de la Media Luna ... a cargo de los nuevos "masones aceptados"."6

5 Si era realmente al mediodía, no se hablaría de una cena. Por lo tanto el sentido simbólico de la hora es claro.
6 Traducción del texto inglés que encontramos en el capítulo sobre la emergencia de la masonería especulativa del "Freemasons' Guide and Compendium" de Bernard G. Jones.

SIR ROBERT MORAY

Robert Moray (Murrey, Murray) de Craigie nació en Escocia en 1608, habiendo vivido 65 años. Era descendiente de una antigua y prestigiosa familia de religión presbiteriana. No existe información fidedigna sobre su récord de estudios, aunque parece haberlos comenzado en Escocia y completado en Francia. Se casó a los veinticinco años con Sofía, la hija del conde de Balcarres, Sir David Lindsay, un coleccionista de textos herméticos. Ella murió en 1653.

Se dedicó a la carrera militar en Francia: entró a servir en la Guardia Escocesa del rey, cuyo antecedente fue la Compagnie des Gendarmes Ecossais, un regimiento de elite francés de heroica actuación en las guerras de Francia. Moray llegó al grado de coronel y fue nombrado caballero de la Orden de San Miguel. Allí se relacionó con el cardenal Richelieu. También con quien lo sustituyera como primer ministro de Luis XIII y luego de Luis XIV, el también cardenal Julio Mazarino, cuya habilidad política y diplomática acabaría con la Guerra de los Treinta Años. Precisamente, como militar de las tropas de Mazarino, intervino en batallas en una de las cuales fue hecho prisionero en Bavaria, habiendo sido liberado tras pagar un rescate.

La vinculación de Moray con los dos ministros franceses y a la vez con Carlos I, dio lugar a la afirmación de que fue un agente doble de Inglaterra y Francia. La verdad es que hacía permanentes viajes a Escocia. Ya mencionamos que cuando Carlos I trató de imponer el "Prayer Book" inglés a los presbiterianos escoceses, éstos formaron su "Solemn League of Covenant". Moray fue uno de los llamados "covenants" y cuando se acentuaron las dificultades con Carlos I, actuó durante un período (1641) como jefe militar de los escoceses en Newcastle, capital de Northumberland, un condado industrial y donde su ubicaban importantes astilleros. El rey sin embargo lo perdonó y en 1643, durante otro de sus viajes a Escocia, fue nombrado Caballero por Carlos I. Ocupó un cargo en el Ministerio de Justicia, que tuvo que abandonar durante el gobierno de Cromwell. Cuando finalmente el rey se asiló en Escocia, huyendo de los ejércitos parlamentarios, Moray trató de ayudar al rey en su frustrada huida al continente. En la Restauración, Cuando Carlos II fue coronado, Moray que tenía con el rey una antigua amistad, recibió el premio a su lealtad con su nombramiento para distintos cargos en la administración, a pesar de su presbiterianismo.

MORAY, MASÓN

Se presume que en 1641, durante su estadía en Newcastle al mando de las fuerzas escocesas, Moray fue "hecho" masón. La base para esta afirmación, que sus actuaciones posteriores parecen confirmar, figuran en el libro "The Origins of Freemasonry: Scotland Centuri 1590-1710" de David Stevenson, profesor de historia en la Universidad de St. Andrews, que reproduce la siguiente constancia:

At Neucastell the 20 day off May, 1641. The quilk day ane
Serten nomber off Mester and others being lafule conveined,
Doeth admit Mr the Right Honorabell Mr Robert Moray,
General quarter Mr to the Armie of Scotlan, and the same bing
Aproven be the hell Mester off the Mesone of the Log off
Edenroth, quherto they heaue ser to ther handes or markes.
Hamilton, R. Moray, Johne Mylln, James Hamilton.

Los firmantes formaban un pequeño grupo de masones bajo la obediencia de la Gran Logia (operativa) de Edimburgo. La "marca" otorgada a Moray fue una estrella de cinco puntas que él siguió utilizando al firmar su correspondencia.

Importante para nuestra investigación es el hecho de que después de haber sido "hecho" masón, Moray aparece sólo en un documento como asistente a reuniones de la masonería operativa escocesa: esto ocurre cuando el 27 de julio de 1647 es "hecho" masón William Maxwell. ¿Podemos pensar que en cambio su calidad de "aceptado" por los escoceses le haya permitido desarrollar su actividad en círculos liberales ingleses, ya fueran estos el Colegio Invisible o el Inner Circle de la Compañía de Masones de Londres, a los que nos referiremos más adelante?

EL COLEGIO INVISIBLE

Libro de Thomas Sprat, The History of the Royal Society

En una ilustración en el libro de Thomas Sprat "The History of the Royal Society", se muestra un busto del rey Carlos II, flanqueado por el Vizconde William Brouncker, matemático irlandés y primer presidente de la Sociedad7 -señalando la inscripción Carolus de la columna,- y por Francis Bacon, -apuntando con su mano izquierda un juego de herramientas masónicas. Todo sobre un piso de baldosas blancas y negras.

7 En la primera edición impresa de LA PIEDRA FRANCA identificamos por error a esta figura con Ashmole: en parte por la información difundida por sus amigos de la época y sus admiradores de siempre, y en parte por el parecido entre las facciones de Ashmole y las del grabado. Si hubiéramos ampliado la inscripción manuscrita en la parte inferior (como lo hicimos ahora), no hubiéramos cometido este error, pues en ella se identifica al Vizconde Brouncker como "President" FRS (Fellowship Royal Society).

Ashmole fue más que un simple miembro de la asociación. El fue quien veinte años antes concibió la idea y comenzó a reunirse con personalidades interesadas en ciencia y filosofía. Tengamos en cuenta que en aquella época ambas disciplinas eran aún como diamantes en bruto. Si bien el aporte de los humanistas a los que nos hemos referido en un capítulo anterior ya había comenzado a dar sus frutos, el pensamiento se mezclaba aún con elementos herméticos, mágicos y cabalísticos.

En Europa, la promoción de las especulaciones filosóficas, las artes y las ciencias renacentistas había encontrado su centro en las Academias italianas y francesas del siglo XVI. La primera de ellas, la Academia Platónica de Florencia. En 1560 se fundó la Academia Secretorum Naturae en Nápoles. En 1575, el rey Felipe II de España fundó en Madrid la Academia de Ciencias Matemáticas. En 1617 se fundó en Weimar, Alemania, la Fruchtbringende Gesellschaft con el propósito de desarrollar la literatura y purificar el idioma. En 1635 el cardenal Richelieu fundó la Academia Francesa. Siguiendo a estas precursoras, muchas otras Academias fueron fundadas en distintas partes de Europa en el transcurso del siglo XVIII.

En Inglaterra, la luz más brillante que se proyectaba sobre el pensamiento era el ideario de Francisco Bacon, concebido una generación antes. A través de su obra había establecido nuevos fundamentos para el estudio del hombre y del mundo: la implantación de una nueva filosofía experimental, pautas para la observación científica de la naturaleza opuesta a las meras concepciones intelectuales, un método inductivo para sustituir el silogístico aristotélico, una doctrina tabular para clasificar las observaciones, una nueva clasificación de las ciencias, un idioma suficientemente claro para transmitir el pensamiento, un nuevo orden para la sociedad, la noción de que el poder estaba radicado en el conocimiento, la comunicación entre centros de estudios para compartir sus hallazgos y la necesidad de que la corona apoyara este proceso.

La privilegiada posición que ocupaba Ashmole le permitió ir acumulando un material completísimo de todos los conocimientos de la época. Y el hecho de que pudiera conseguirlos y proveerlos hizo que las mentes mas privilegiadas recurrieran a él, permitiéndole realizar un cuidadoso y lento trabajo unificador, por encima de discrepancias intelectuales, religiosas o políticas.

La buena voluntad de la monarquía logró que no hubiera oposición en la formación del Oxford Experimental Science Club, llamado "El Colegio Invisible" ("The Invisible College"), para organizar a los adeptos que iba ganando.

SUEÑOS COMPARTIDOS

Esta labor de gestación que Ashmole realizó al principio solo, con una constancia ejemplar, encontró eco en algún momento de este período en otro hombre que también contaba con el favor real: Robert Moray.

Un inglés y un escocés. Un anticuario y un hombre de acción. Ambos vinculados en alguna forma a grupos que se reunían en forma discreta bajo el manto de instituciones como el Invisible College, nombre con que se conoció a la Real Sociedad antes de recibir la Carta real o el Inner Circle de la Compañía de Masones de Londres.

DOS CAMINOS, UN IDEAL

Toda institución está formada por una amalgama de personalidades, cada una con su capacidad, donde las naturales diferencias de carácter y los desniveles intelectuales son homogeneizados por el trabajo en común tendiente a alcanzar el mismo objetivo. Pero si algunos integrantes del grupo cambian de propósito, o la diferencia de concepción sobre la misma meta se acentúa, se comienzan a manifestar diferencias sutiles en la actividad e intereses de cada uno de los sectores diferenciados, que en definitiva pueden determinar la división del conjunto.

La disociación es más notable cuando el grupo aún no está organizado y el enlace se encuentra aún en la etapa ideológica. Esto es lo que pasó con los hombres que se hicieron eco de las utopías de los precursores, cuyas vidas repasamos. Todos eran verdaderos idealistas preocupados por el futuro de su mundo. Para mejorarlo, unos eligieron el campo de la ciencia y otros el de la especulación filosófica, manteniendo sin embargo ambos su fraternal respeto y mutuo apoyo.

LA REAL SOCIEDAD

El Colegio Invisible como lo llamaron sus integrantes comenzó a reunirse el 28 de noviembre de 1640 con el propósito de adquirir conocimientos por medio de la investigación, la llamada Nueva Filosofía Experimental.

Uno de los integrantes, John Wallis, dice que se reunían semanalmente, según un orden del día fijado previamente, a una hora y lugar determinados, penalizando a quien no concurriera. Cada uno debía contribuir al costo de los experimentos. Las reuniones se realizaban en Londres y Oxford. Menciona que el primer presidente de este grupo fue Robert Moray. En 1652 ya contaban con treinta miembros. En el año 58 los encuentros se espaciaron por la difícil situación política, pero en el 60 se reanudaron en el Gresham College.

En 1661 los fundadores eligieron el nombre de Royal Society. El primer presidente de este cuerpo aún no legalizado fue Robert Moray, que ejerció el cargo por dos años, 1661 a 1662. "Fue Moray el primero que habló sobre su empresa con el rey Carlos II, asegurándose su aprobación y apoyo". En 1662 el rey Carlos II firmó la autorización que la convirtió en una institución oficial, bajo el nombre de Royal Society of London for Improving Natural Knowledge. Su primer presidente oficial fue el visconde William Brouncker.

Hemos comprobado estos datos en el propio Sitio de la Real Sociedad
http://www.royalsoc.ac.uk/royalsoc
teniendo en cuenta las constantes polémicas que se han producido respecto a la real participación de Moray en la formación de la Sociedad. En la misma fuente se nombra a Sir Robert Moray entre los doce asistentes a la reunión inaugural realizada en el Gresham College en 1660. No figuran los nombres de todos. Pero en la Biblioteca Británica se encuentra una colección bajo el título "The Papers of Sir Hans Sloane", que fuera el sucesor de Isacc Newton en la presidencia de la Real Sociedad. Parte de esta colección fue publicada por Adam Matthew Publications Ltd en 1991. En su Capítulo sobre Ciencia y Sociedad, sí se mencionan los nombres de los doce participantes: "The Royal Society is founded on 28 November as the Invisible College for the Promoting of Physico-Mathematical Experimental Learning. This group has previously held meetings in Oxford and London from c.1645 onwards. The founder members of the first minuted meeting of 28 November 1660 are Sir Robert Moray (the 1st president, 1661-1662); William Brouncker (the 2nd president); Robert Boyle; Christopher Wren (who delivered the first lecture); Dr William Petty; Dr Jonathan Goddard; Sir Paul Neile; Dr John Wilkins (chairman, from Wadham, Oxford) and Messrs Ball, Bruce, Hill and Rooke."

En la reunión del año 1663 fueron aceptados ciento cincuenta miembros.

EL GRAN AUSENTE

En el Sitio de "The Galileo Project" de la Rice University de Houston, Texas,
http://es.rice.edu/ES/humsoc/Galileo
hemos encontrado un serio "Catalog of the Scientific Community". En la ficha correspondiente a Elias Ashmole se registra la sociedad científica a la que pertenecía:
"10. Scientific Societies:
Membership: Royal Society, 1661, but he was not active in it.

Informal connections: Friendship and correspondence with G. Wharton, W. Lilly, J. Heydon, Dr. Dee, W. Backhouse, R. Plot, M. Lister and many other mathematicians, astrologers and naturalists.

En "The Dictionary of Seventeenth-Century" de la editorial "Thoemmes Press", en la sección dedicada a "British Philosophers" encontramos la siguiente referencia a Ashmole: "Por el resto de su vida él fue un cortesano y un funcionario con intereses de anticuario más que de un erudito serio. Continuó sin embargo aficionado a temas científicos, ayudando a la fundación de la Real Sociedad en 1660-61 y siendo uno de sus primeros miembros in 1663. Como muchos otros devotos de las ciencias ocultas, Ashmole estaba convencido de que no hay que temer nada del empirismo científico, creyendo que el experimentalismo de la Real Sociedad sólo purificaría y fortalecería la alquimia y la astrología."

"Sería muy fácil descartar a Ashmole como una mera figura de "transición" en la filosofía natural. Aunque él se codeó, en los primeros encuentros de la Real Sociedad con filósofos mecanicistas como Hooke y Boyle, parecería que se lo consideraba un mago isabelino como Dee. Pero esta antítesis parece no haber sido tan clara para sus contemporáneos como lo es para nosotros. Después de todo, científicos del calibre de Boyle y Newton estaban preparados para considerar seriamente las ciencias ocultas, buscando siempre caminos para proporcionar explicaciones "corpusculares" aceptables sobre efectos ocultos."

"Y la idea de una antigua sabiduría oculta, -quizá en códigos o formas crípticas,- en los manuscritos de los alquimistas era muy aceptada hasta por personas de las que nos gusta pensar como "modernos"."

"Así que quizá Ashmole no debería ser rechazado apresuradamente como un crédulo intelectual de poca importancia, empantanado en la superstición".8

8 Agradecemos a nuestra amiga Agi Brener por habernos auxiliado con esta traducción.

* * *

Pero en años posteriores, esta apertura hacia el ocultismo que se menciona no fue tan amplia. Hasta el año 1731 el criterio para la elección de miembros de la Sociedad Real no estaba sujeto a normas y la gran mayoría de los aceptados no eran científicos. A partir de entonces sólo se aceptaron miembros recomendados por otros titulares, lo que creó una especial relación entre ellos. En 1847 la Sociedad decidió que los futuros miembros serían electos por sus méritos y trabajos científicos.

Estas normas pueden haber creado una atmósfera elitista en la que las referencias a un anticuario y astrólogo como Ashmole no eran miradas con buenos ojos en la academia de científicos en la que se convirtió la Real Sociedad. Así se explicaría la omisión sistemática del nombre y la actuación de Ashmole en la historia de la institución anterior a su fundación oficial.

LIBERTAD, LIBERTAD!

Volvamos a la época de la gestación de la Real Sociedad y de la emergencia especulativa en la Compañía de Masones. Vimos como junto al interés por liberar la mente y mejorar la ciencia y la educación, se manifestaba la aspiración de los Protestantes por imponer la libertad de cultos.

Y con ellos, los mismos anglicanos (la iglesia oficial de Inglaterra) que deseaban vivir en un Estado regido por la ley y donde el Parlamento cumpliera la función privilegiada que le había asignado la Carta Magna9 y la Petición de Derechos de 1628.

9 Habeas corpus quiere decir "que tengas el cuerpo", y tiene su origen en las actas que en Inglaterra garantizan la libertad individual, permitiendo a cualquier persona ilegalmente presa acudir a la High Court of Justice.
En 1215 la Carta Magna estableció limitaciones al poder real y consagró el principio de la libertad individual. Es evidente la necesidad de garantizar la vigencia real de este derecho por medios rápidos, prácticos y eficientes. La Petición de Derechos de 1628 menciona el hábeas corpus viene a garantizar definitivamente este derecho.
El Hábeas Corpus fue reconocido en Inglaterra por ley del año 1640.

Política, Filosofía y Religión. Que tríada explosiva! No en vano nuestros precursores tenían miedo. Ya vimos como desde el siglo anterior el absolutismo de los reyes de la dinastía Túdor primero y de los Estuardos después, -realmente temible,- amenazaba con represalias muy peligrosas para los opositores. Para evitar la detonación, toda la actividad liberal debió desarrollarse en la clandestinidad. Y para ello necesitaban de un refugio que encontraron en la Compañía.

¿POR QUÉ MASONES? ¿POR QUÉ VITRUVIO?

Una pregunta totalmente legítima puede ser planteada al investigador de los orígenes de la Masonería Especulativa: ¿por qué se eligieron las tradiciones arquitectónicas como estructura simbólica para un nuevo movimiento renacentista? ¿Por qué precisamente la Compañía de Constructores y no alguna de las otras "livery companies" que existían en Londres en el siglo XVI, como la de los joyeros, peleteros, ferreteros, confeccionistas, almaceneros, saladeros, pescaderos o vinateros?

La respuesta mediata la encontramos en el nombre de Vitruvio y la inmediata en el de Iñigo Jones.

Marcos Vitruvius Pollio, arquitecto romano de la época de Augusto (siglo I A.C.) fue el autor del más antiguo tratado sobre arquitectura que se ha conservado: "De Architectura". Sus diez tomos constituyen un compendio de todos los conocimientos sobre la materia existentes en su época (antes del año 27 A.C.): Materiales de construcción, Órdenes arquitectónicos, construcción de templos, baños, teatros, obras militares, civiles y residencias, pisos y estucados decorativos, hidráulica, relojes, mediciones, astronomía.

En la obra de Vitruvio se refleja su experiencia personal, defendiendo los modelos helenísticos y las enseñanzas pitagóricas (532 A.C.): armonía basada en números enteros, la armonía musical y las proporciones del cuerpo humano. La arquitectura renacentista, y las etapas del barroco y neoclasicismo tuvieron como obra de consulta a la de Vitruvio, tanto en lo técnico como en lo estético: la belleza de un edificio estaba dada por su apariencia agradable, simétrica y proporcional, y su gusto refinado.

En 1418 fueron encontrados en el Monasterio de San Gallen los manuscritos de Vitruvio, con lo que la concepción arquitectónica proveniente del medievo dio un vuelco fundamental marcando el comienzo de la nueva arquitectura renacentista. El primero, Leone Battista Alberti (1404-72) que actualizó los principios vitruvianos en su obra "De re aedificatoria". Luego, los arquitectos señeros de los siglos posteriores partieron de la obra de Vitruvio para desarrollar su renovada concepción artística.

Andrea Palladio (1508-1580), (Andrea Di Pietro Della Gondola), nacido en Vicenza, Italia, es considerado el mas destacado arquitecto del siglo XVI. Sus "Quattro Libri Dell'architettura" (1570) lo convirtieron en una de las figuras más influyentes de la arquitectura occidental. Su "mecenas", el conde y humanista Gian Giorgio Trissino le dio el apodo de "Palladio" en honor a Pallas Atenea y lo incluyó dentro de su "Academia" donde se estudiaba matemáticas, música, filosofía y autores clásicos. Palladio consideraba a Vitruvio su maestro y guía. Siguiendo sus ideas sostuvo que la arquitectura debe ser gobernada por la razón y por los principios de la antigüedad clásica.

Iñigo Jones (1573-1652). De modestos orígenes, en 1603 viajó a Italia para estudiar pintura y diseño, pero quedó maravillado con el "paladianismo" que encontró reflejado en la edificación italiana. Su talento y las influencias adecuadas hicieron que a su regreso a Inglaterra fuera nombrado supervisor de trabajos (arquitectónicos) por Enrique, el heredero y Principe de Gales. Tras un segundo viaje a Italia fue nombrado Supervisor de Trabajos del Rey, cargo que desempeñó hasta 1643 bajo los reinados de Jaime I y de Carlos I. Fue precisamente él quien trajo de sus viajes una rica experiencia y los "Quattro Libri Dell'architettura" de Palladio. Durante sus más de veintiocho años de función impulsó la arquitectura palaciega, las obras públicas, la planificación de Londres, etc. Así lo menciona la Enciclopedia Británica. El Diccionario Enciclopédico de la Massonería de Albrines dice que fue nombrado "Gran Maestro de los Francmasones", cargo que desempeñó hasta 1618, refiriéndose quizá a la calidad de Maestro de la Compañía de Masones de Londres.

LA IMPORTANCIA DE IÑIGO

Las nuevas ideas arquitectónicas importadas por Iñigo ganaron el corazón de los intelectuales, aún de aquellos que no habían estado vinculados con la construcción. Este arte sufrió una revolución conceptual en el Renacimiento: la arquitectura superó su objetivo técnico de levantar edificios, para convertirse en la expresión de una armonía numérica, reavivando las proporciones pitagóricas. Tanto el edificio como el cuerpo humano estaban relacionados por iguales cánones estéticos. Esta recreación de la arquitectura de acuerdo a la cultura clásica fue reemplazando gradualmente al estilo Gótico.

EL MOMENTO ADECUADO

Iñigo volvió de Europa en 1615. Recordemos que en esta misma época el rey James I persiguió a puritanos y presbiterianos en su esfuerzo por imponer el anglicanismo. Francis Bacon se encontraba en el apogeo de su producción filosófica: en 1605 se editó "Capacidad y progreso de la enseñanza divina y humana". En 1620, "Novum Organum sive indicia vera de interpretatione naturae".10 En 1622 "Historia Ventorum". En 1623 "Historia Vitae e Mortis" y "De dignitate et argumentis Scientiarum". En 1626 "La Nueva Atlántida". Se abrían los ojos del mundo a una nueva posibilidad para el estudio de la naturaleza.11 El humanismo europeo se había convertido en una corriente intelectual incontenible. En Francia el cardenal Richelieu imponía el poder real limitando la independencia de los calvinistas ("hugonotes") (que gracias al Edicto de Nantes (1598) se habían erigido en una fuerza política), con lo que muchos de ellos prefirieron irse a Inglaterra. En 1614 se imprime la "Fama Fraternitatis" rosacruciana y en 1618 comienza la Guerra de los Treinta años, que hace emigrar a Inglaterra a muchos integrantes de los grupos filosóficos ganados por los ideales de la Orden Rosa Cruz. El aporte de protestantes franceses y rosacrucianos europeos reforzó las filas de los librepensadores ingleses. Carlos I subió al trono de Inglaterra y trató de imponer a toda costa su absolutismo.

10 La "enciclopedia" medieval era el "Organon", una recopilación de obras de Aristóteles. Bacon tituló a su libro "Novum Organum" para destacar la necesidad de un cambio de mentalidad.
11 Para comodidad del lector, reproducimos los párrafos referentes a Bacon en un capítulo anterior: "En todas estas obras desarrolló sus ideas sobre una lógica inductiva gradual, progresiva y excluyente utilizable para "interrogar" en forma experimental a la naturaleza y obtener axiomas que permitieran interpretar las observaciones. Rechazó el método deductivo de Aristóteles que aún en su época dominaba la enseñanza universitaria. En los centros de estudios los planes aún se regían por el "cuatrivium", -aritmética, música, geometría y astronomía,- a la que se agregaba la óptica. La enseñanza de medicina y física aún se hacía en gran parte por sistemas teóricos. Bacon criticó a los maestros de las escuelas, que según él solo brindaban palabras a sus alumnos. Sostuvo la necesidad de que en los centros de enseñanza se instalaran laboratorios y que las ciencias fueran preferidas a las lecciones de lógica y retórica.

Esta situación de brillo intelectual por un lado y represión de la libertad por otro, provocó dos reacciones simultáneas: se incentivó el deseo de poder pensar libremente y se hizo necesario buscar un refugio para poder reunirse y discutir aquellas aspiraciones.

Y allí estaban las nuevas ideas traídas a Inglaterra por Iñigo, que también ganaron el corazón de los intelectuales y los llevaron a pensar en la Compañía como sede para sus inquietudes.

EL "CIRCULO INTERIOR" DE LA COMPAÑÍA

Al finalizar el capítulo 32 sobre la Compañía de Londres, nos referimos al hecho comprobado de que "legos" hayan sido incluidos dentro de logias operativas escocesas y a la posibilidad de que lo mismo ocurriera en Inglaterra.

Edward Conder fue Maestro (director) de la Compañía de Masones de Londres en 1894. En su "Crónica de la Historia de la Muy Respetable Compañía de Masones de la Ciudad de Londres", nos presenta la información más fidedigna y acorde con el contexto histórico que hemos encontrado. No en vano tenía a su disposición todos los archivos de la institución y a pesar de los años transcurridos, estaba en excelentes condiciones para reconstruir en líneas generales los más íntimos detalles de la Compañía.

Conder sostiene que dentro de la estructura corporativa de la Compañía de Londres se pueden encontrar miembros de tres clases: por un lado los profesionales de la construcción, "masones operativos" propiamente dicho. Por otro lado, aquellos que hemos llamado al final del capítulo 32 "adherentes", que no eran ni profesionales ni ideólogos de ninguna clase. Finalmente los "aceptados" que formarían un exclusivo y secreto "círculo interior" integrado por los liberales temerosos de que se descubriera su actividad clandestina. Del planteamiento de Conder podría desprenderse que los límites ente las dos últimas categorías no eran muy precisos y que quizá hasta determinado momento todos, adherentes y aceptados, formaban un grupo donde los intereses particulares de cada integrante hacían que éste se fuera relacionando con aquellos de personalidad coincidente.

En las actas de la Compañia del año 1621 ya se asienta el hecho de que determinadas personas fueron "hechas" masones:
"Att the making masons vz. John Hince, John Brown, Rowland Everett, Evan Lloyd, James French, John Clarke, Thomas Rose, reced of them as apereth by Quaartge book."

Ahora bien: recordemos que en 1655 la Compañía cambió de nombre. Abandonó el "Freemason" de su tradicional nombre y pasó a llamarse Worshipful Masons' Company of London. Bernard Jones12 considera que aquí se produjo la verdadera definición del grupo de aceptados simbólicos o especulativos. Los nuevos "aceptados" redimieron para su uso exclusivo el nombre de Freemasons, -pleno de tradición arquitectónica medieval,- y consolidaron su unión, su "círculo interior". Interior que estaba formalmente dentro de la Compañía, pero que tenía objetivos totalmente distintos a los gremiales de la institución original.

12 "Freemasons' Guide and Compendium".

Existió aquí una maniobra conveniente para ambas partes: los pocos masones operativos que iban quedando recibían el respaldo económico e institucional de los aceptados, -especialmente importante en los momentos de crisis por los que estaban pasando,- y los francmasones (freemasons) obtenían el beneficio de la discreción para sus actividades esotéricas.

COLABORACIÓN O PARALELISMO

Nos encontramos pues con el mismo grupo de hombres. ¿Por qué parte de ellos dirigió sus esfuerzos al desarrollo de un Círculo Interior en la Compañía y otro a crear el Colegio Invisible, posterior Real Sociedad?

Hemos repasado una gran cantidad de los resultados a los que llegaron serios investigadores y centenares de las improvisaciones orquestadas por voluntariosos Hermanos. Cada uno elaborando teorías para explicar la evolución o la emergencia de la masonería especulativa en la Inglaterra del siglo XVII. Pero lo hicieron recorriendo una senda estrecha, limitada a algún elemento aislado que sirviera para apoyar su desarrollo intelectual.

En ningún caso, hemos encontrado planteada la incógnita representada por la coexistencia de los dos cuerpos de referencia y su relación. Quizá la razón sea la imposibilidad de llegar a una respuesta. Pero aún así, es imprescindible conjeturar una vinculación, porque no puede caber duda respecto al hecho de que existiera una comunidad ideológica. La misma que en la segunda mitad del siglo XVII iría formando una base sólida para que, dadas las circunstancias adecuadas, en 1717 se concretara con la formación de un nuevo cuerpo rector de los intereses comunes, la Gran Logia.

¿Nuestros librepensadores del siglo XVII eran a la vez integrantes de ambos grupos? Nuestra propuesta es la de que si bien estaban ideológicamente relacionados, sus intereses estaban dirigidos a distintos campos. Uno era el político-filosófico y el otro el científico y didáctico.

Ambos tuvieron como antecedente inmediato común el Círculo Interior de la Compañía de Masones.

Algunos de estos freemasons desarrollaron su actividad dentro de Logias especulativas, tratando de ganar adeptos para ellas, siempre bajo el conveniente patrocinio de la Compañía. Es lógico pensar que la cuasi clandestinidad en la que se reunían, hizo que sus nombres no figuraran en los registros públicos de la Compañía. De cualquier manera, el incendio de Londres de 1666 destruyó gran parte de estos documentos.

Otros freemasons, contando con la fuerza que les daba su capacidad intelectual y su común devoción por las ideas de Francis Bacon, formaron el Colegio Invisible que al recibir la autorización real se convertiría en la Real Sociedad.

OTRAS TEORÍAS SOBRE EL ORIGEN

A pesar de las variaciones aplicadas a la historia de la masonería operativa, es posible encontrar una forma lógica para separar las leyendas de los hechos comprobables. También se pueden llegar a conciliar los hechos cuando estos son aparentemente contradictorios.

Pero el origen de la masonería especulativa da lugar a desarrollar en forma libre todo tipo de teorías, dado el vacío documental que se produjo a partir de mediados del siglo XVI.

Debemos presentarle pues al lector una síntesis de cada una de dichas teorías. Los nombres que hemos aplicado a las mismas no son quizá los mismos que utilizaron los defensores de una u otra, pero creemos que los que finalmente hemos utilizado reflejan más claramente el contenido de las hipótesis.

TEORÍA DE LA EMERGENCIA

Es la posición a la que los hechos estudiados nos han llevado a ubicarnos en todo el desarrollo planteado anteriormente.

TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN

Tomando los mismos elementos que hemos estudiado para conocer la emergencia de la masonería especulativa dentro de la Compañía de Masones de Londres, los partidarios de esta teoría, comúnmente llamada de la transición, consideran que los masones "aceptados" dentro del gremio, hicieron que éste evolucionara hasta convertirse en especulativo. Las diferencias entre ambas teorías no son irreconciliables.

LA CONEXIÓN ESCOCESA

Bajo este mismo título hemos ya estudiado la masonería operativa escocesa. Distintos autores plantean la hipótesis de que en su sistema de "aceptación" está el origen de la masonería especulativa.

TEORÍA DE LA INMERSIÓN

Finalmente queremos mencionar una hipótesis que aunque poco, también se plantea en los tratados masónicos: de acuerdo a ella el nacimiento de la Masonería Especulativa se produce por un proceso histórico totalmente distinto y de recorrido inverso. Hemos dado al mismo un nombre que creemos lo identifica claramente: la Teoría de la Inmersión.

Quienes describen las características de este fenómeno consideran que los canteros y constructores de edificios europeos fueron instruidos en los bajos grados de los rituales de la Orden Templaria cuando ésta comenzó a financiar y dirigir la construcción de las grandes catedrales góticas a mediados del siglo XII. Cuando la organización templaria fue destruida en el siglo XIV estos masones operativos adoptaron esos rituales en sus logias. Perseguidos, algunos caballeros templarios buscaron refugio en distintas partes de Europa, entre ellas Escocia. A mediados del siglo XV el conde William St. Clair trajo a maestros masones para construir una capilla en su castillo de Rosslyn, al sur de Edimburgo. En la decoración de esta capilla se encuentran esculturas con claro significado masónico, lo que ha dado lugar a la elaboración de toda una teoría sobre el origen de la masonería, de la que existe una extensa bibliografía.

LAS LEYENDAS

Si a través de estas páginas nos hubiéramos acercado al real origen de la Masonería Especulativa ¿donde ubicar todos los símbolos, las leyendas y los intentos de asimilación histórica que plasmó Anderson en sus Constituciones?

Muchos de los símbolos provienen de la etapa operativa y se les dio un significado "especulativo" ejemplarizante. Las leyendas con base bíblica fueron recreadas para que contuvieran una enseñanza moralizadora.

Esas leyendas fueron sublimadas por aquellos autores que trataron de explicar los orígenes de la Orden con afirmaciones que aunque improbables no son imposibles y cuya legitimidad está dada en parte por el propio Anderson en la introducción a sus Constituciones. En ellas nos encontramos con desarrollos pseudohistóricos que nos llegan a hablar de los principios masónicos presentes en las teogonías unitaristas de la India o en el trideísmo de Manu que daría lugar siglos después al sistema de castas de los brahmanes. Igualmente se han llenado infinidad de textos con las elucubraciones de aquellos que ven a Zoroastro (Zaratrusta, VI A.C.), -el creador de los primigenios Misterios enseñados a los Magos Persas,- como el primero de los Maestros Masones. No menos fabulosas son las exquisitas proyecciones de quienes encuentran que nuestros antecesores directos son los sacerdotes egipcios que practicaban los Misterios de Isis y Osiris. O los Dionisianos (VIII A.C.). O los cretenses (II A.C.). O Pitágoras (VI A.C.). O los obreros de los Colegia Fabbrorum. Mención especial merece la propuesta vinculación de la Masonería con el Rey Salomón y los constructores de su Templo (en el Libro 1 de Reyes y en Crónicas II de la Biblia se encuentran elementos constitutivos de la leyenda de Hiram, tan importante en los grados superiores. Pero solamente sus componentes básicos, ya que la leyenda, tal como hoy la conocemos recién apareció posteriormente, posiblemente a mediados del siglo XVIII. Recordemos que el grado de Maestro es introducido en 1738 y que recién en 1760 se reglamenta el uso de la Biblia en los trabajos masónicos). Igual interés tiene posible nexo de la Masonería con el Cristianismo primitivo. Tampoco existe aquí una relación directa. Pero ya vimos como las corporaciones de oficio eran fundamentalmente cristianas. Y tanto el simbolismo como el ritual de los masones operativos tienen una esencial relación con el Antiguo y el Nuevo Testamento. Tres eran los grupos religiosos cuyos adeptos fueron "aceptados" en las Logias: de ellos, dos eran Protestantes que daban igual importancia a los dos Libros. Judaísmo y Catolicismo forman un conjunto cultural que fue adoptado por la Masonería en forma voluntaria, en dos etapas: una dentro de la Masonería operativa, la medieval. Y la segunda, a partir de 1717, como desarrollo intelectual posterior a la Constitución de la Gran Logia de Inglaterra.

Leyendas con propósitos moralizadores pueden también ser encontradas por el investigador a lo largo de toda la historia del mundo, en todas las civilizaciones. Porque la ideas tienen vida propia: ellas se desarrollan y multiplican sin ninguna relación temporal. Desde el momento en que el hombre primitivo consolidó su dominio sobre la naturaleza, pudo elevar sus ojos hacia las estrellas y comenzar a soñar con una vida mejor. Pan y fantasía.

¿Por qué los masones debieran entonces ser una excepción? Los sistemas culturales de chinos, indios, persas, judíos, egipcios, griegos y romanos contenían construcciones cosmogónicas, altas reglas morales y principios altruistas, coincidentes con la ideología masónica. Su adopción por la Orden les otorgó nueva vida y los adaptó al mundo de hoy. Esto es válido a pesar de la fragilidad de los vínculos y aun a pesar de las contradicciones que se presentan en muchos de los eslabones de la hipotética cadena. Y su aceptación condicional es constructiva, pues incentiva el deseo de investigar en las fuentes. En definitiva, la Masonería no vino de, sino que fue a las fuentes para incluir en su doctrina principios de valor universal y permanente. Míticos o reales, brindan una armoniosa base para construir un firme camino ideológico.

EL DESAFÍO

¿Y el hecho de haber emergido del volcán ideológico renacentista que analizamos, le quita mérito, brillo, importancia a la Masonería?

No mis Hermanos: acordes con lo que anunciamos al comienzo de estas páginas, nuestros esfuerzos tuvieron el propósito de intentar una desmitificación científica, pero también el de enriquecer la historia de nuestra Orden con elementos que son el producto de nuestra paciente, obstinada e irrenunciable pasión por conocer la verdad. El siglo XVII constituyó una prueba sin precedentes para nuestros ancestros, los constructores intelectuales. Sólo con la verdad podremos enfrentar los nuevos desafíos que nos presenta el tercer milenio y hacer de nuestra "utopía" una realidad efectiva, tallada con amor en la Piedra Franca de nuestra Sociedad.




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Physics.ox.ac.uk/History/HistoryLong
Livery Companies: wheelwrights.org/livcomp
The City of London: thecitymagazine.com

Han sido innumerables los Sitios visitados en búsqueda de información. Los mencionados anteriormente son sólo una pequeña parte del total, aquellos de los que ha quedado constancia en los archivos o cuyo material hemos impreso. A todos, identificados o anónimos, nuestro agradecimiento por habernos permitido gozar de la maravilla que constituye la "navegación" por Internet.

Agradecemos en general la gran ayuda que ha representado la reproducción de imágenes ilustrativas del texto, extraídas de la Red. Esta publicación no tiene propósitos de lucro. No obstante, si alguien se considerara perjudicado, le presentamos nuestras disculpas y ante su comunicación retiraremos inmediatamente la imagen del caso.